¿Qué pasaría si el futuro del comercio no estuviera en tiendas físicas ni en páginas web, sino en los mundos virtuales donde millones de personas ya pasan horas cada día? Los videojuegos, que antes eran un simple pasatiempo, se han convertido en un motor cultural y económico que redefine cómo las marcas conectan con sus audiencias. De los joysticks a los carritos de compra virtuales, el gaming es ahora un universo donde se compra, se socializa y se construye identidad digital. ¿Pero cómo esta revolución está cambiando las reglas del juego?
La industria del videojuego ha superado a la música y al cine combinados, generando más de 200,000 millones de dólares anuales (Newzoo, 2025). Con 3,400 millones de jugadores en el mundo (Statista, 2025), el gaming no es un nicho, sino un espacio masivo de encuentro cultural. Plataformas como Fortnite, Roblox y Minecraft son mucho más que juegos: son plazas digitales donde convergen moda, música y conexiones sociales.
Estos espacios no solo entretienen, sino que crean comunidades donde las tendencias culturales nacen y se amplifican, sentando las bases para un nuevo modelo de comercio.
El salto del gaming al comercio se materializa en el in-game shopping. Las microtransacciones, como compras de skins, accesorios digitales o pases de temporada, permiten a los jugadores personalizar su experiencia y expresar su identidad sin ningún limitante. Según Newzoo (2024), el 74% de los ingresos del gaming (189,000 millones de dólares) provienen de estas transacciones, superando las ventas de juegos tradicionales.
Diferentes marcas como Balenciaga, Nike y Louis Vuitton han entrado en este terreno, lanzando colecciones digitales en Roblox y Fortnite. Este fenómeno no solo genera ingresos, sino que posiciona a las marcas en el corazón de las economías digitales, respondiendo a la pregunta inicial: el comercio está migrando hacia los mundos virtuales donde los consumidores ya están.
Las mecánicas del gaming están transformando el e-commerce tradicional a través de la gamificación. Retos, niveles y recompensas hacen que comprar sea una experiencia lúdica y envolvente. Según Gartner (2024), el 65% de las plataformas de e-commerce adoptarán estas dinámicas para 2026, aumentando la retención y el engagement.
Todas estas estrategias muestran cómo el gaming no solo crea mercados dentro de los juegos, sino que inspira un comercio digital más inmersivo y adictivo, acercándonos a la respuesta de cómo los mundos virtuales están redefiniendo el retail.
Para capitalizar toda esta revolución, las marcas deberán adaptarse a un nuevo paradigma:
Entonces, ¿dónde está el futuro del comercio? ya no será en las tiendas físicas ni únicamente en las páginas web, sino en los mundos virtuales donde millones de personas ya construyen sus identidades, socializan y gastan. El gaming, con sus 200,000 millones de dólares en ingresos anuales (Newzoo, 2025) y su impacto cultural sin precedentes, ha convertido el joystick en el nuevo carrito de compras. Las marcas que comprendan esta transición creando experiencias auténticas, integrándose en economías digitales y diseñando interacciones inmersivas, no sólo sobrevivirán, sino que liderarán el futuro del comercio digital.
Geraldine Cárdenas M.
@geraldcm18