Un perro con capa surca los cielos junto a un joven de Krypton, compartiendo instantes de lealtad, heroísmo y calma en la pantalla. Son momentos fugaces, pero suficientes para estremecer corazones y transformar decisiones. ¿Qué sucede cuando una historia ficticia nos toca tan profundamente que nos hace reír, llorar, soñar o incluso cambiar la vida de alguien real?
En julio de 2025, Superman: Legacy no solo llenó las salas de cine: también llenó hogares. La relación entre Clark Kent y Krypto, un perro kryptoniano inspirado en Ozu, el schnauzer rescatado del director James Gunn, tocó fibras profundas. En la película, Krypto no es solo un compañero con superpoderes; es un reflejo de lealtad y humanidad, como cuando salva a un Superman herido llevándolo a la Fortaleza de la Soledad o cuando ambos contemplan la Tierra desde la Luna. Estas escenas, cargadas de emoción, inspiraron a la audiencia, y las estadísticas lo confirman. Según la app Woofz, tras el estreno:
Los números cuentan su propia historia, en apenas diez días, más de 450 perros encontraron hogar en EE. UU., gracias a una colaboración entre Warner Bros. y Best Friends Animal Society e incluso en algunas ciudades, se eliminaron las tarifas de adopción como parte de una campaña que invitaba a “adoptar a tu propio héroe”. ¿La inspiración? Un cachorro generado por computadora que se convirtió en un catalizador real, demostrando que las historias, incluso las ficticias, pueden transformar vidas.
Pero este fenómeno no es el único, en 2024, la película animada Flow (ganadora del Oscar en 2025) cambió la percepción hacia uno de los animales más ignorados en los refugios: los gatos negros; tradicionalmente asociados con la mala suerte, estos felinos enfrentan tasas de adopción hasta un 50% más bajas que otros gatos. Pero Flow, con su protagonista felino valiente y silencioso, logró algo que ninguna campaña había conseguido antes: que fueran vistos. Y tras su estreno, las búsquedas en Google de “adopción gato negro” crecieron un 140% en países como Francia, México y EE. UU. Refugios en París y Montreal reportaron un aumento inusual en adopciones de felinos oscuros, y aunque no hay cifras tan precisas como en el caso de Superman, medios como GOOD, NPR y Cat Wisdom 101 hablaron de un “cambio de flujo” real en la demanda. Gatos renombrados como T’Challa o Pantera mostraron que una historia puede resignificar por completo una creencia social: lo que antes era “mala suerte” se transformó en un símbolo de fuerza silenciosa, todo porque una película reescribió la narrativa.
El cine y el marketing han demostrado que no solo venden entradas o productos: también pueden moldear deseos y decisiones. Desde el boom de dálmatas tras 101 Dálmatas hasta las lágrimas por Marley & Me o Hachiko, la pantalla ha influido en las adopciones de mascotas. Por eso, muchas campañas actuales apuestan por equilibrar corazón y cabeza. Iniciativas como “Feed the Good” de Pedigree humaniza a los perros abandonados, mostrando cómo transforman la vida de sus adoptantes, en México, Laika ha colaborado con refugios locales para promover adopciones responsables sin idealizar la experiencia o The Shelter Pet Project, apoyado por la Humane Society y Ad Council, evita estadísticas y se centra en historias: las miradas esperanzadas de animales que aguardan un hogar. Y el impacto es tangible: en EE. UU., el 37% de los perros y el 46% de los gatos en hogares han sido adoptados.
Las redes sociales amplifican esta ola emocional, un estudio de HeARTs Speak revela que el 65% de los adoptantes se decidieron por una mascota tras ver una buena foto de los perros o gatos, videos de TikTok de un perro moviendo la cola tras meses de apatía se viralizan con hashtags como #AdoptDontShop, creando comunidades alrededor de la transformación. Incluso la marca IKEA innovó, colocando siluetas de mascotas reales en sus tiendas con códigos QR para adoptarlas, ¿El resultado? Todos los animales encontrados en esas campañas fueron adoptados. Así de poderosa puede ser una historia bien contada, no hace falta filtros, solo humanidad.
Sin embargo, la emoción puede llevar a decisiones impulsivas. Adoptar no es un momento de ternura viral: es un compromiso de años. Las campañas más efectivas no son las que hacen llorar, sino las que hacen pensar y actuar con responsabilidad, por eso se debe equilibrar el corazón con la educación, asegurando que los adoptantes estén preparados.
Desde un superperro digital hasta un gato animado en un mundo postapocalíptico, los personajes de ficción y sus historias están moldeando realidades y cuando esas historias están respaldadas por campañas responsables y acciones concretas, el resultado no es solo viral: es valioso, porque el verdadero poder de una historia no está en cuánto conmueve, sino en a quién transforma y muchas veces: el final feliz no está en la pantalla, sino en un refugio donde alguien, por fin, encuentra un hogar.
En SOS, creemos que cada peludito merece su propia historia de amor. Inspirados por Krypto, Flow y todas las historias que cambian vidas, te invitamos a adoptar un compañero peludo que llene tu hogar de lealtad y alegría. Antes de decidir, infórmate y prepárate para un compromiso de por vida. Aquí te recomendamos algunas cuentas en Instagram donde puedes encontrar a tu compañero ideal:
Geraldine Cardenas M.
@geraldcm18